martes, noviembre 25, 2014

La madurez

Hoy me arreglé para ti
y no estabas:
peiné mis rizos,
suavicé mis manos,
serené mi rostro;
calenté la cena,
planché tus ropas,
entibié la cama.

Hoy hice de todo para ti
Y no estabas.
Me van alcanzando de a poco los años,
Pisa mis talones la diligente calma,
El cliché de la vida digna,
De la casa recta,
De la gente sabia.

Hoy me fatigué en buscarte amor
Y tú no estabas,
Me pongo el delantal de las horas largas,
De la mujer tersa,
De la dulce amada.

Hoy tenía placeres,
Besos y cariños varios,
Hoy te tenía todo,
Pero tú no estabas.
Toca la puerta,
Está llegando,
Es la madurez tan anunciada.