sábado, marzo 27, 2010

Amor fugaz

El amor no es para siempre
dura mientras es la caricia fresca
y la charla franca,

mientras los ojos ven más allá de las miradas,
mientras los oídos serenos
oyen las palabras tenues,
las que nadie escucha.

El amor no es eterno
dura mientras los hombros se alinean
en un camino frecuente,
mientras los pasos giran en un mismo eje,
mientras los labios hablan la misma lengua.

El amor no siente
olvida los cuerpos absurdos que ocupa,
se marcha, se aleja, se pierde;
el amor es un ente andariego,
es virus insidioso de progreso efímero,
de penar en celo;
el amor vuelve la espalda,
el amor huye,
deja los cuerpos cascarones
de los amantes sin suerte.

El amor no es para siempre
los dedos enlazados se separan con rasguños,
las pieles que se buscan después se repelen,
las voces que se llaman también callan,
la gente que se ama también muere;
muda de piel y sigue adelante,
ya no es la misma pero no vuelve,
los seres nuevos ya no se encuentran,
lo recién llegados no se recuerdan.

El amor no es para siempre
estas lágrimas que lloro son de nadie,
son de antes;
las llora una yo nueva por la vieja,
por aquella extraña que ya no recuerda,
por esta piel seca que a jirones voy desprendiendo,
por el cascarón de sueños
que tiraron al viento.

Mî VîDå §îN Tî


Mi vida está llena de sombras

los tactos se tornan en letras,

estoy viviendo de memorias ajenas,

mi vida es un esqueleto de sueños viejos,

de promesas rotas,

de pactos inconclusos

y llantos perpetuos.


Estoy bebiendo tintas de querellas

a cada eco le encuentro su estela,

hay sólo espejos,

impolutos, insistentes,

no se escriben madrugadas nuevas,

todo es andar sobre huellas secas.


No estoy aquí

naufrago lejos,

años de bruma,

recuerdos negros,

recidivantes,

persistentes.


Mi vida es un manantial

claro de luna,

piedra lasciva

de ondas eternas,

ondulan siempre,

ondulan crueles;

mi vida es agua

que siempre mueves,

que siempre muere

y vive siempre,

entre las nubes,

lloviendo fuerte.


Mi vida sin ti

es agua añeja.