...mutuo acuerdo...
No te extraño,
sólo me hace falta el roce de tus labios,
sólo tengo sed del azúcar de tu boca,
sólo me desvivo rogando por tu aroma.
Te mentí cariño,
no te extraño,
no te fijes en este estremecer,
no es por tus brazos,
¿qué si tiemblo?, sí,
pero no es por tu ausencia.
No te extraño,
sólo estoy un poquito acongojada,
porque estos senderos me parecen más grandes,
hoy que no estas para llenarlos,
porque estas paredes me ciegan por blancas,
hoy que tú no las decoras con el pigmento de tu aroma
porque este día de verano tiene algo de gris,
y no en las nubes de plata, inexistentes en el horizonte,
sino en el color de mi alma, que adolece de tu amor.
No, no me imagines contando los días,
los días faltantes a tu regreso,
no pienses en mi con un perenne de tristeza,
no es que me haga falta el aliento para seguir recordando,
no es que los kilómetros me vayan matando.
Pero dime mi bien,
¿tú me extrañas?,
¿aquellos parajes no se te antojan lejanos?,
¿aquellos cuerpos muy fríos,
aquella luna algo opaca?
Dime mi bien,
sí me extrañas...
podría comenzar a extrañarte...
Y es que, dame licencia de explicar,
¿cómo extrañarte si te llevo dentro?,
si esta mi piel está impregnada de tus labios,
si mis ojos están pintados al teñir de tu pupila,
si cada noche me visitas entre sueños,
¿cómo extrañarte?, ¿para qué?
si estás más cerca que nunca.
Pero dime,
si tú me extrañas, puedo extrañarte,
que no me es nada difícil,
para extrañarnos juntos
y desearnos a través de la distancia,
para romper las fronteras de los cuerpos,
con los anhelos de las almas.
Pero dime,
¿es que sí me extrañas?,
entonces es, doble mi mentira,
cada día te extraño más...