martes, diciembre 27, 2005

HêNÇHïÐå Ðê Tï....

...Hay pocas cosas con las que se puede colmar el alma...

Estoy henchida de amor,
las gotas caen afuera
repiquetean en mi corazón
son el ritmo franco de estos latidos,
que se saben plenos,
que se sienten queridos.

Henchida voy por la vida,
henchida del corazón,
de este cariño mío,
del que tengo y que doy,
de este cariño pasivo
que en darse se consuma,
ya vivo de pasión.

Pasión por vivir tengo,
de dar lo que yo soy,
pues soy entera dando
y dando es que soy yo,
querer ninguno pido,
sí bien seres queridos,
henchida estoy de ti,
henchida pues te quiero,
que si me quieres – bien -,
que si no – lo mismo -,
en amarte está mi vuelo.

Henchida estoy de vida,
y no se me desgasta,
resucita en las miradas,
-las tuyas, las de ella-,
miradas cotidianas,
la vida es un arco,
yo tengo sus flechas clavadas.

Estoy henchida cariño,
porque en el amor
-bastándome solo tú-
a quién amar me sobra,
teniendo extensas presencias,
no bien de cuerpos intrínsecos,
sí de estas almas prendidas,
prendidas de los recovecos
entre tu amor y mi amor.

Estoy henchida de amor,
-henchida de ti-,
mi compás extraviado,
-henchida de mi-
pues sé que te amo.

jueves, diciembre 08, 2005

Të Qûïꮺ...

...En dos palabras se resume el universo...


Te quiero
como nunca he querido,
como espero,
ruego,
añoro,
no volver a querer jamás.

Te quiero
y eres de ello
el más fiel de mis testigos,
te quiero
y este amor atrincherado
es por de más sincero.

Te quiero,
amándote sin recelo
y no con el amor ingenuo y ciego,
sino con este amor sedimentado por los años,
queriéndote con sabiduría,
no con la entrega del que nada le importa
sino es la pertenencia,
sino con la fuerza
del que sabe porque quiere,
del que amordaza los prejuicios
y conociéndolo todo,
se atreve aún a amar.

Te quiero,
sin recatos
ni limitaciones,
sin pudores,
porque te amo con la alevosía
del que no teme,
del que permanece impávido
no por ingenuidad,
sino por convicción.

Te amo
ya no con la ilusión de que me ames,
ya no con el amor pueril
de la inocencia,
es con este amor maduro
y no menos insensato,
con este amor rehabilitado de pretextos,
retacado de deseos,
con este amor,
que te ama
porque se le viene en gana,
porque en este mundo de psicópatas,
el no amarte,
sería la peor de las locuras.