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...más palabras de antaño...

Y es que el aire no sabe correr,
la esperanza se estanca en el ser,
de una nada abismal que encierra al creer,
soy un grano de vacío que vuela al caer.

Ruego el fondo perder,
llegar al infinito del error que eclipsé,
continuo en el negro brillo que condené,
me confino en taciturno llover.

Un grito eterno silencia mi ser,
contemplo la invisible huella de haber,
se rompe el pasado construyendo el presente,
se forma el hoy destruyendo el ayer.

Mi alma en el recuerdo encerré,
se disipa en la nube de un perecer,
catástrofe intangible que sin piedad oculté,
que extirpa la vida a este cuerpo sin ser.

Sostengo el aliento en un intento de prevalecer,
en un delirio por contener,
dentro de mi un poco de ayer,
de una paz incierta que me provocaba a crecer.

Distingo un calido engaño que concerté,
me reprimo el gozo que me daba el haber,
del silencio eterno de sus labios de miel,
que retumban aún hoy…
en una quietud que hace estremecer.