viernes, marzo 25, 2005

¥º §º¥ Ðê åÇÇïºNê§ ...

...No tengo mucho que decir acerca de este escrito... como bien lo dice, las palabras salen sobrando....


Yo soy de acciones no de palabras,
porque las palabras se pierden en el aire,
hay quien se jacta de no callar verdades,
quien presume de uno y mil alardes,
yo me limito a actuar,
a perseguir ideales.

Yo soy de acciones no de palabras,
porque conozco los linderos de las letras,
las limitaciones del habla,
porque sé que las palabras engañan,
porque al ser poeta sé como moldearlas,
porque la poesía no me obliga a alabarlas,
porque yo sé que es más difícil callar
que decir necedades.

Yo soy de acciones no de palabras,
jamás diré que te he perdonado,
pero notaras mi constancia junto a ti
en el momento en que todos te hagan a un lado,
quizá no te recalque con frases mi amistad,
quizá no te diga que mi afecto es incondicional,
pero acudiré a secar tu llanto,
a escuchar tus penas,
quizá no te diga que te quiero,
ya que el uso desgasta el valor de las palabras.

Yo soy de acciones,
no de ordenes o de pensamientos,
porque los actos no pueden ser hipócritas,
porque sacrificas tiempo, porque te das por entero.

Yo soy de acciones,
porque es sencillo decir lo lamento
y gozar con el dolor,
porque es sencillo dar un perdón
y seguir guardando rencor,
decir que se ha olvidado
y continuar enjuiciando.

Yo soy de acciones y no de palabras
porque nadie puede negarme que te amo
aunque jamás lo haya pronunciado,
porque no me hacen falta las palabras
cuando al besarte todo queda tan claro.

miércoles, marzo 09, 2005

§ênÐ뮺§ ÐêL OLvïк....

... He aquí un escrito ya algo viejo, pero en fin, hoy me ha dado por compartilo con ustedes, espero y les guste...


Poco a poco…
esculpiendo la nada sobre las piedras,
borrando tus huellas,
deshaciéndome de todo aquello
que me lleva a ellas.

Segundo a segundo,
borrando tu estela,
derrumbando tus puertos,
prendiendo fuego a las ruinas,
desplazando las heridas.

Rincón a rincón,
extraigo tu anhelo;
cualquier objeto,
cualquier deseo,
que me recuerde que te quiero.

Una frase, una lágrima,
no desespero,
ya vendrá un artista
a desdibujar el cielo,
una nube piadosa
el horizonte reducirá a cero.

Paso a paso,
tragándome el rechazo,
olvidando tu regazo,
aceptado aquel ocaso.

No te digo que el oleaje esté en calma,
o que mis ojos conciban un alba,
tampoco que halla dejado las ansias,
o que mis heridas ya estén sanas.

No te digo que en mis oídos
ya hallan callado tus palabras,
o que el cielo me ofrezca una esperanza,
que mi cuerpo tenga de nuevo un alma.

Yo sólo te digo
que poco a poco,
segundo a segundo,
y paso a paso,
van mis lágrimas encontrando refugio.

Un refugio austero
y repleto de miedo,
opaco como mi sendero,
incierto como tu silencio.

Los cristales del alma
que dejaste tú en trozos,
quedan ahora resguardados
y callados en mis ojos,
para arder por dentro sin brindarte gozo,
aliviando este dolor…
tan sólo un poco.

viernes, marzo 04, 2005

ïLû§ïºNê§ ÇºTïÐïåNå§....

... Sólo un nuevo escrito basado en el día a día...

Al frente el epicentro,
espectros,
veinte desconocidos, tú
centenares de tumbas,
al final sólo veinte sepulcros.

Recuerdos sobre el papel,
cada uno es distinto,
todos son unidad.

Una llovizna de augurio,
al frente tú,
tu espalda emblema de distancia,
un mismo destino.

El tiempo medido en pasos,
la realidad hecha cristal,
la muerte antes de la vida,
muerte en la mirada,
en cada una de tus lagrimas.

La eterna lucha…
entre tu lontananza y mi deseo,
entre tu partir y mis enrredos.

El perfume
de tu “ausencia cercana”,
de tu presencia lejana,
de dos mentes que explotan
formando un sólo silencio,
un sólo pensamiento.

Los pequeños triunfos de la vida:
cuando el mundo gira sin que seas el eje,
cuando en el miedo se descubren
pequeños deleites.

Y una vez más la complicidad,
elemento de mi vida,
vaticinio de mi muerte,
cómplices,
ajenos a tu suerte.

La dulzura de un engaño,
el quebranto de lo pulcro,
lo sagrado,
de ese derecho que tenemos todos
de defender lo que no amamos,
de destruir lo que adoramos.

El tiempo es espejismo,
la soledad reflejo,
tu fuerza la palabra,
tu dominio es el silencio.

Buscar un equilibrio,
uno que traiga un beneficio,
que incline la balanza
a tu lado del destino.

Verdades a medias,
secretos con grietas
porque la libertad es monumento,
tú cincel, tú tormento.

Te fugas,
por las comisuras de mis sueños,
por los pliegues de mis miedos,
por los ecos de mi aliento.

Nuestro día a día es un juego,
porque soy ficha
y tú mi tablero,
porque eres jaque mate,
porque no hay reglamento.

Porque el viento no es secreto,
pero conoce todos los misterios,
porque yo soy mariposa,
tú eres invierno.

Eres transparente,
opaco y traslucido,
como un excusa
que se despliega ante unos ojos crédulos,
como una segunda intención
que se desborda de un corazón absorto,
como una piel que oscila
entre el deseo y la victoria.

Y las noches eclipse,
conjuros erráticos,
entre tiempo y delirio,
entre sed y designio,
entre beso y olvido.

El cenit de tus pasos,
que permanecen estáticos,
en la tierra de nadie,
las certezas que quedan,
esculpidas en sangre.

Tus memorias henchidas,
en secretos y alardes,
con un taciturno mañana,
del que es arquitecto tu cuerpo,
del que es augurio tu aliento,
del que son dueños tus besos.



miércoles, marzo 02, 2005

Lå Tº®MêNTå Ðë Tû åû§êNÇïå

...Dicen que todo depende del cristal con que se mire, en ocasiones nosotros mismos somos esos cristales... he aquí lo visto en una noche de tormenta a través del cristal de mi pupila...


Es esta la tormenta de tu ausencia
miro al cristal de mi ventana,
la vista en él está empañada…
empañada por mi aliento que se escapa,
con tu nombre enrredado en las palabras.

La lluvia cae afuera
y no está tu piel en ella,
oigo el viento arremolinándose en mi espalda
y no puedo conservar la calma.

Es esta la tormenta de tu ausencia,
son las nubes que me anuncian
que no estas cerca,
que es imposible que te quiera.

La humedad no da querella…
sé que otra veces te has marchado,
pero no puedo soportarlo,
anhelo tu presencia,
me desvivo por tu ausencia.

Es esta la tormenta de tu ausencia,
el huracán que destroza mi existencia,
la tórrida exaltación de esta querencia,
el brazo fulminante de esta soledad…
que tiene para otra tu presencia.